Ciudades donde es más caro morirse

Pensar en la muerte es un tema en el que, por causas obvias, intentamos no pensar. Sin embargo, es un momento por el que tenemos que pasar y para el que debemos estar preparados, y no sólo para afrontar el dolor sino porque precisamente no es barato.

Siendo este un hecho inevitable, tienes que saber que el coste no es el mismo en toda España. Así lo revela el estudio “¿Quién paga más por la muerte en España?”, elaborado por Estamos Seguros, iniciativa de la Asociación Empresarial del Seguro, UNESPA, para dar a conocer la función social del seguro a la opinión pública.

Para ello se han analizado 216.404 sepelios ocurridos a lo largo del 2018. Esta cifra representa el 80% de los servicios que atendió el sector del seguro en España durante el pasado año. La industria aseguradora es un actor de referencia en el sector funerario nacional, y, concretamente, se hace cargo del 63% de los enterramientos e incineraciones del país cada año. Un dato nada desdeñable, ya que representa más de la mitad de los enterramientos.

En concreto, las provincias donde resulta más caro fallecer son, por orden, Gerona, Madrid y Barcelona. Según los datos obtenidos a partir de esta muestra, revelan que gran parte de las provincias donde morirse es más caro se encuentran en el Noreste del país.

Fallecer en Gerona cuesta, en concreto, un 29,2% más que en el conjunto de España. Le siguen las provincias con diferenciales destacados, que son Madrid (27,4%), Barcelona (20,8%), Lérida (19,4%) y Huesca (15,7%).

Por otro lado, en el caso opuesto están varias provincias castellanas y los cabildos canarios. Los lugares donde “morir” resulta menos costoso que en el conjunto del país son Zamora (-39,7%), Santa Cruz de Tenerife (-36,2%), Palencia (-29,7%), Soria (-27,1%) y Cuenca (-26%), en ese orden. A estas se suman también las dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla.

En el análisis por municipios, del que toman como muestra los de más de 250.000 habitantes, desvela que Madrid, Vigo y Valencia son las ciudades donde fallecer resulta más caro. Por la contra, las localidades grandes donde un entierro cuesta menos que en el conjunto de país son: Bilbao, Murcia, Zaragoza, Las Palmas de Gran Canaria, Córdoba y Málaga.

Dicho informe también hace referencia al coste de mover al fallecido desde el lugar donde murió, hasta al sitio donde quería, o sus familiares, que reposaran sus restos. El traslado de un cadáver dentro el territorio nacional conlleva, habitualmente, el pago de 424 euros. En cambio, el coste de hacerlo desde el extranjero, es decir de repatriar un cuerpo, es muchísimo más costoso ya que el coste medio asciende hasta los 5.987 euros.

Por todas estas razones, tener un seguro de decesos es una opción de lo más práctica para los familiares especialmente, ya que no sólo te ayudan en los trámites, sino que el fallecimiento no te va a generar, además una deuda.

Por si no lo sabes, en un seguro de decesos, la suma asegurada se identifica con el coste esperado del sepelio. Este producto funciona mediante el cobro una cantidad predeterminada por sus servicios y, si incurre en costes superiores a los esperados, no puede ajustar dicho desequilibrio requiriendo más dinero del cliente.

Este estudio también ha recogido los datos del coste que le supone a las aseguradoras la cobertura de un sepelio. Y revela que el 44% de los percances del seguro de decesos, queda por debajo del coste teórico del evento. En estos casos, la aseguradora reembolsa la diferencia a sus clientes hasta alcanzar la suma asegurada.

Por otro lado, un 16% de sepelios, tiene un coste que se sitúa exactamente en el nivel cubierto. Juntos suman cerca del 60% de los siniestros. Como contrapunto, en el 40% restante, los costes rebasan lo previsto por la aseguradora en un principio. Tanto si el sepelio se sitúa dentro de los márgenes esperados por la entidad como si los rebasa, la aseguradora corre con el coste de todos los servicios especificados en el contrato.

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