¿Qué es la escala de riesgo de caídas?

Pólizas

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Muchos son los pacientes que destacan entre sus miedos el riesgo a sufrir una caída que pueda derivar en la necesidad de quedarse hospitalizado, o en la rotura de un hueso. Sin entrar a adivinar cuál puede ser el hueso que se parta con mayor probabilidad o los cuidados que se han de tener para evitar una caída, sí es bueno nombrar que la Organización Mundial de la Salud identifica las caídas como la segunda causa mundial de muerte por lesiones no intencionales o accidentales. Este dato explica por sí mismo la necesidad del estudio de la incidencia de este suceso, especialmente en el grupo de los mayores de 65 años, identificado por la OMS como el grupo que más caídas mortales sufre.  

Por este motivo, es destacable la importancia de tener un buen seguro de salud que te pueda atender con rapidez si sufres una de estas caídas y necesitas una intervención quirúrgica o incluso ingresar en el hospital.

¿Qué es una escala de riesgo de caídas?

Una escala de riesgo de caídas es una herramienta de evaluación utilizada en medicina para identificar y medir el riesgo que tiene una persona de sufrir una caída. Estas escalas son especialmente importantes en el cuidado de personas mayores o pacientes con circunstancias médicas que pueden aumentar su predisposición a las caídas.

Las escalas de riesgo de caídas consideran una serie de factores de riesgo para caerse, como debilidad muscular, alteración del equilibrio, problemas de visión, de movilidad, el uso de ciertos medicamentos, el histórico de caídas previas y otros factores que se relacionan con el entorno y la salud del individuo.

La puntuación obtenida en una escala de este tipo ayuda a los profesionales de la salud a determinar el nivel de riesgo de caídas de un paciente y, con esta información, se toman medidas preventivas para reducir ese riesgo, como recomendar hacer ejercicios que fortalezcan la musculatura, modificar el entorno doméstico reduciendo en lo posible los obstáculos en casa (importante contar con un buen seguro de hogar que pueda ayudarnos con reparaciones que puedan ser provocadas por las caídas en casa) o revisar la medicación. También se considera una supervisión más próxima al paciente o proporcionarle asistencia para su movilidad en caso necesario.
 

La escala de riesgo de caídas evalúa la probabilidad que una persona tiene de caerse y se utiliza para la prevención de estas situaciones

Hay varias escalas de riesgo de caídas, y los sanitarios eligen la que mejor se adapte a la situación clínica de cada paciente. Algunas de las más utilizadas son la Escala Morse, la Escala Tinetti, la Escala Hendrich II, la Escala Romberg o la Escala Downton, entre otras. 

La escala Downton

Todas las escalas nombradas son utilizadas en el ámbito hospitalario para la prevención de caídas en dicho entorno y la necesidad de cuidados preventivos en pacientes que puedan obtener una puntuación alta en estas escalas. 

Las de uso más frecuente son la escala Morse y la escala Downton, en la que nos detenemos más profundamente. 

La escala Downton considera si existen caídas previas o no, qué causas las produjeron, la edad y qué factores de riesgo tiene el paciente. Cada variable es susceptible de recibir una puntuación de 1 o 0 y cuando el paciente alcanza una puntuación igual o mayor que 3, se considera que el riesgo de que ocurra una caída es alto.

Esta escala no se usa tanto en ámbitos hospitalarios, sino que su uso está previsto para un abanico más amplio de la población. Según la asignación de puntos para esta escala, se recibe un punto:

  • si se ha sufrido una caída previa
  • si se toman tranquilizantes o sedantes, diuréticos, algún hipotensor no diurético, algún antiparkinsoniano o antidepresivo, u otros medicamentos.
  • si se presentan alteraciones de la vista, alteraciones auditivas o alteración en alguna extremidad por haber sufrido un ictus o alguna otra enfermedad de carácter neurológico. 
  • si presentamos un estado mental confuso.
  • si somos incapaces de deambular de manera autónoma y normal, recibiendo un punto tanto si se necesita ayuda para una deambulación segura, o con una deambulación insegura ya sea con ayuda o sin ella.  

Ya hemos visto algún otro artículo de nuestro blog que, efectivamente, la edad se considera un factor de riesgo a la hora de contratar un seguro de vida o un seguro de salud, hasta el punto de que hay compañías aseguradoras que presentan un límite de edad en la contratación de este tipo de pólizas o que no permiten la contratación de determinados seguros una vez cumplidos ciertos años. Entre los motivos que aducen las compañías se encuentra el mayor riesgo de sufrir una enfermedad, y también una caída, riesgo que inevitablemente se hace más alto cuanta más edad alcanza la persona.

La protección de un seguro

Qué duda cabe que quien tiene un seguro tiene un tesoro. En el caso que nos ocupa en estas líneas, tener un seguro de accidentes parece una opción a considerar teniendo en cuenta lo que nos puede suceder si nos caemos. Generalmente, no son más que lo que llamamos “caídas tontas” que se solucionan con un poco de hielo y un par de días de reposo, pero en ocasiones, una mala caída puede producir lesiones graves, invalidez o incluso la muerte si la suerte no nos acompaña. Una póliza te ayudará a afrontar esos duros momentos y conviene que incluya asistencia en viaje, por si sufres algún accidente mientras viajas. 

Elige el seguro que mejor se adapte a lo que necesitas, pero no dejes de tener una póliza que brinde protección a los tuyos y a ti mismo. Por tu tranquilidad… y la suya.