¿Cuál es la diferencia entre bruto y neto?
En este artículo podrás informarte acerca de
Dos términos que forman parte de nuestro día a día, y que sin embargo, resultan borrosos, cuando menos, para muchos de nosotros. Y no, cuando hablamos de bruto no estamos hablando de Bud Spencer, aunque sus películas nos gustasen un montón, ni al hablar de neto hablamos del portero del Barça, aunque nos resulte más conocido que el término económico.
Todos hemos pasado por entrevistas de trabajo, en las que se habla del sueldo que vamos a cobrar, y seguro que en ocasiones hemos cometido el mismo error: dividir la cantidad que nos indican entre el número de pagas que vamos a tener, para llegar a una cantidad mensual. 14.000 entre 14 pagas, 1000 euros al mes. Luego, cuando de verdad llega el sueldo del mes y vemos que no llega a esos mil euros, es cuando nos vienen a la cabeza los términos bruto y neto.
Diferencia entre bruto y neto
Una de las mejores formas de expresión de esta diferencia es la que identifica al valor de algo en bruto como su valor antes de sufrir cambio alguno sobre su estado de origen. Así, el valor bruto no ha sufrido aún los descuentos que sufrirá cuando se le apliquen los impuestos correspondientes, o las retenciones a las que se vea sujeto dicho valor.
Por su parte, el valor neto recoge ya esas retenciones que son de aplicación a los sueldos, así como los impuestos correspondientes. El valor neto refleja la cantidad real que entrará en nuestro banco en forma de nómina, cuando hablamos de nuestro sueldo.
A este valor neto se ha llegado una vez se le han aplicado al valor bruto las retenciones siguientes: retenciones para el pago de las prestaciones de la Seguridad Social, como pueden ser el cobro del sueldo mientras se está de baja por enfermedad o accidente, el cobro de una cantidad cuando el trabajador se ha quedado en paro, el pago de prestaciones como las pensiones, las bajas relacionadas con la maternidad y la paternidad, y las prestaciones destinadas a la formación profesional.
Además, también será de aplicación el IRPF, el impuesto sobre la renta: dependiendo del salario del empleado, así como de sus condiciones particulares, es decir, si tiene hijos a su cargo o si se encuentra pagando una hipoteca, por ejemplo, al salario bruto le será de aplicación un porcentaje de descuento.
Como puedes ver, cuando hablamos del salario es importante conocer la diferencia entre los términos bruto y neto.
El bruto y el neto en las inversiones
Tan importante como cuando hablamos de salarios es conocer esta diferencia cuando hablamos de la rentabilidad que dan, o que esperamos que tengan, nuestras inversiones. En particular, cuando son de aplicación a nuestros productos de ahorro e inversión.
Así, si hablamos de un rendimiento bruto, estaremos hablando del beneficio que nuestra inversión ha tenido previo a la deducción de los costes que dicha inversión haya tenido y de los impuestos que puedan ser de aplicación a los dividendos que se obtengan.
Esta diferencia es de gran importancia cuando hablamos por ejemplo de la inversión vía compra de acciones de diferentes compañías, ya que las acciones están sujetas a costes de mantenimiento o de custodia, por lo que si deseamos un porcentaje equis de beneficio, deberemos esperar a que las acciones hayan subido los suficiente como para superar estos gastos.
En el caso de los rendimientos bruto y neto se habla de porcentajes más que de cantidades, por lo que podemos poner un ejemplo basado en este uso: supongamos una inversión en unas acciones que cotizan a 60 euros, y que ofrecen 3 euros en forma de dividendos. Estamos hablando por tanto de un rendimiento bruto del 5%. Ahora bien, si le aplicamos al pago de los dividendos unas retenciones supuestas en forma de impuestos del 10%, llegamos a la conclusión de que el rendimiento neto de nuestra inversión es el 4,5%.
En el caso de vías de inversión menos agresivas como el Plan de Pensiones de El Corte Inglés, también deberemos tener en cuenta los descuentos cuando se recupere la inversión para calcular el beneficio neto que podemos esperar de nuestro plan. Recuerda que los planes de pensiones están sujetos al pago de impuestos cuando se recuperan, por lo que este término también será de aplicación en este caso.
Otros usos de estos términos, y una excepción
Los términos bruto y neto se usan también cuando se habla de la economía de la empresa, de tal manera que podemos hablar de un beneficio bruto y un beneficio neto.
El beneficio bruto de la empresa es sencillo: se trata de restar al importe generado por la venta de nuestros productos el coste de generación de los productos vendidos. Ahora bien, una vez que a este beneficio bruto le apliquemos los impuestos, los intereses, la depreciación y los gastos generales de la empresa que no hayan sido incluidos dentro de los costes anteriores llegaremos a un beneficio neto.
Asimismo, cuando en lugar de trabajar con cantidades trabajamos con porcentajes de beneficio, entonces estamos hablando de márgenes, y también son de aplicación los términos margen bruto y margen neto, con la misma diferencia anterior; al incluir los impuestos de aplicación y otros descuentos como intereses y depreciación llegaremos a un porcentaje de margen que será ya el margen neto.
Como hemos visto hasta ahora, cuando calculamos el neto sobre una cantidad en bruto, o sobre unos porcentajes en bruto, estamos aplicando un descuento a la cantidad, o a dicho porcentaje. Sin embargo, existe una excepción en la que la cantidad bruta se ve elevada cuando tratamos de llegar a la cantidad neta: los precios de venta al consumidor.
Esta excepción se produce cuando al precio de venta al público de un producto le aplicamos el Impuesto sobre el Valor Añadido, el IVA. Así, el precio bruto de un producto recibe un porcentaje de aumento que incremente su valor, hasta llegar al precio neto, que es el precio que nosotros, como consumidores, pagamos por el producto.