¿Qué es el apalancamiento financiero?

Un término para muchos complicado o ininteligible: hoy queremos intentar ampliar nuestros conocimientos acerca del mundo de las finanzas explicando qué es o en qué consiste. Ahorro

Son muchas las ocasiones a lo largo de nuestra vida en las que tenemos unos ahorrillos y queremos invertirlos, pero no nos parecen demasiados, o creemos que cuando reunamos algo más, podremos optar a mejores rendimientos. Si bien este supuesto es cierto, también lo es que cuanto más invirtamos en productos de riesgo como la compra de acciones, más riesgo adquirimos y, por lo tanto, mayor puede ser la ganancia, pero también la pérdida.

¿Qué es el apalancamiento financiero?

Para que no tengamos que esperar a reunir más dinero para poder hacer una inversión existe el apalancamiento financiero. ¿Y qué es el apalancamiento financiero? Es la situación que nos permite invertir más dinero en un producto concreto, es decir, aumentar el dinero que podemos invertir, aumentando a la vez nuestra deuda. En resumen, invertir más dinero del que realmente tenemos pidiendo un préstamo para ello. Se trata de endeudarnos para invertir en algo que creemos nos traerá grandes beneficios. Cuanto mayor sea la deuda que contraigamos, el apalancamiento es mayor y la inversión de capital propio, normalmente menor. Pero como hemos dicho anteriormente, no siempre se gana.

Para que haya apalancamiento financiero, primero tiene que existir un crédito. Este crédito es el endeudamiento que se adquiere y que consiste en pedir dinero prestado a una entidad bancaria a cambio del pago de un interés. 

Segundo, debe existir un capital propio. Mayor o menor, pero siempre debe haber unos fondos propios que nos permitan tener un margen si la operación sale mal.

Tercero, debe haber una inversión en algún producto financiero. Es decir, con tus fondos propios y ese crédito, que es el dinero que te ha prestado el banco y que debes ir devolviendo y con intereses a tu banco, puedes efectuar tu inversión. 

No podemos decir que lo ideal sea una cosa u otra, ya que depende del patrimonio de cada uno, del dinero propio, el crédito y también del perfil de inversor que se sea. 

Si la cantidad invertida de capital propio es grande y supera a la del préstamo, puede ser beneficioso porque en caso de que la operación de inversión saliera mal, nuestra deuda adquirida sería menor. Y si saliera bien, también los beneficios serían mayores. En cambio, si el capital propio es pequeño y la operación de inversión fracasa, perderíamos gran parte de lo invertido -o todo-, y seguiríamos manteniendo nuestra deuda con el banco en una situación de absoluta insolvencia. 

Ejemplo de apalancamiento financiero 

Quieres invertir un millón de euros en la compra de unas acciones que ahora tienen un precio de 1 euro. Inviertes 500.000 euros de tus ahorros y pides un préstamo al banco de otros 500.000 euros a un interés del 10%. Compras un millón de acciones que, al cabo de un año suben de precio y vendes por 1,5 euros cada una, con lo cual ganas 1.500.000 euros en la operación. De ellos tienes que devolver al banco los 500.000 euros más 50.000 euros en intereses. Además, hay que restar los 500.000 euros de dinero propio que habíamos puesto al principio. Te quedarían 450.000 euros que es lo que habrás ganado en la operación. 

Sin embargo, puede que esta inversión en bolsa no saliera como en un principio se pensaba y en lugar de que las acciones aumenten su valor, disminuya. Imaginemos que inviertes el mismo millón de euros que antes, la mitad procedente de un préstamo del banco al 10% y la otra mitad procedente de ahorros. Pero en esta ocasión las acciones bajan a 0,5 euros y se procede a su venta pensando en no seguir perdiendo dinero. La operación se saldaría con una venta de acciones por un valor total de 500.000 euros: un millón de acciones a 0,5 euros. Se habrían perdido todos los ahorros, habríamos conseguido salvar 500.000 euros que habría que devolver al banco, pero, aún así, deberíamos todavía los 50.000 euros en concepto de intereses. Con lo cual habremos perdido 550.000 euros. 

Productos de ahorro e inversión

Pero el mercado bursátil no es ni mucho menos el único escenario en el que se da el apalancamiento financiero. Hay multitud de productos de inversión que pueden ayudarte a aumentar tus ahorros mediante el apalancamiento financiero, es decir, pidiendo un crédito a tu banco o a una entidad financiera para luego invertirlo. En El Corte Inglés Seguros tenemos una gran cantidad de productos de inversión y ahorro de 150 entidades gestoras y contamos con asesores financieros expertos para que puedas destinar tu dinero a la mejor inversión. Primero realizarán un estudio del nivel de riesgo y de tus objetivos financieros. Analizarán tu perfil de inversor: estudiarán el horizonte temporal que te planteas, tus necesidades de ingresos, tanto en el momento actual como en el futuro, y tu capacidad de ahorro. Además, tendrán en cuenta el resto de los activos que posees, tu conocimiento de los riesgos del mercado y tu actitud ante el riesgo en una inversión. Teniendo en cuenta estos aspectos, te harán una propuesta de inversión personalizada y tú y sólo tú tendrás la última palabra. Eso sí, siempre con nuestros asesores disponibles para ayudarte en todo lo que necesites. 

Además, existen los planes de pensiones, otro producto financiero sobre el que nuestros expertos de El Corte Inglés Seguros te pueden asesorar. Los planes de pensiones son productos que resultan muy interesantes porque además de tener ventajas fiscales en tu declaración de la renta anual, pueden servirte de colchón en el caso de que pases una época de apuros económicos ya que muchos de estos planes incluyen en su condicionado supuestos de rescate del dinero, como por ejemplo en caso de enfermedad grave.

Entre los planes de pensiones podemos distinguir tres tipos. Desde el más conservador, como el SECI Renta Fija, en el que te aseguras la mayoría de la inversión, ya que lo invertido en renta fija es mucho mayor que en variable (90% vs. 10%), pero en caso de que el mercado crezca y vaya bien, tus ingresos apenas se verán aumentados. Los hay algo menos conservadores, como el SECI Pensiones, para quienes quieren arriesgar sin asumir un riesgo demasiado alto. Este plan invierte el 70% en renta fija y el 30% en variable. Por último, el Plan de Pensiones para los más arriesgados, el SECI Bolsa Activo, para aquellos dispuestos a asumir fluctuaciones del mercado a medio plazo, que invierte el 25% en renta fija y el 75% en renta variable, el ideal para las personas más jóvenes a las que todavía queda mucho camino para llegar a la jubilación y pueden permitirse arriesgar más con sus inversiones.