¿Sabes que es un IPF?

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El término IPF se refiere a un producto bancario que significa Imposición a Plazo Fijo. Al fin y al cabo, no es otra cosa que un depósito a plazo, un producto que consiste en la entrega de una cantidad de dinero a una entidad bancaria durante un tiempo determinado.

Más exactamente según reza el diccionario económico el contrato en virtud del cual una persona física o jurídica deposita o ingresa cierta cantidad de dinero en una Entidad Financiera, quedando dicha suma indisponible hasta una fecha de vencimiento previamente pactada y percibiendo por ello el cliente intereses a su favor”.

Transcurrido ese plazo la entidad devuelve el dinero al cliente junto con los intereses pactados. Aunque también se puede dar el caso en el cual los intereses pactados se pagan periódicamente mientras dure la operación.

Las cuentas a plazo tienen gran tradición dentro de la banca española y se conocen comúnmente con el nombre de imposiciones a plazo fijo, depósitos a plazo o cuentas a plazo.

Características de una imposición a plazo fijo 

Para saber que efectivamente estamos ante un producto de depósito fijo, nos debemos fijar en que tenga las siguientes características:

En el momento de la firma del contrato del producto entre el cliente y la entidad financiera, se establece un tipo de interés fijo para el periodo de tiempo pactado.

El tipo de interés que se fija es más alto que el que se establece en las cuentas corrientes o libretas de ahorro.

Las imposiciones a plazo fijo tienen establecido una fecha de vencimiento. En este momento le será reintegrado el importe prestado por el cliente a la entidad financiera además de los intereses generados.

Si, en un momento dado, el cliente necesita una parte o la totalidad de la cantidad prestada al banco antes de que finalice el plazo, tendrá que hacer frente a una penalización que pagará mediante una comisión la cantidad retirada o bien esta cantidad no generara intereses futuros a favor del cliente.

En este tipo de contratos no se permiten movimientos de cobros y pagos.

Cuando llegue el momento del vencimiento del plazo que había sido fijado en el contrato se pueden llevar a cabo dos tipos de acciones: cancelar o renovar un nuevo depósito por el mismo periodo inicial o en un distinto plazo, a un nuevo tipo de interés, que puede ser igual, inferior o superior al fijado en el primer momento. Estas condiciones dependerán de las condiciones de mercado.

Cómo se saldan los intereses 

Los intereses se pueden liquidar por dos vías: a través de una cuenta corriente o bien de una libreta que el cliente tendrá que tener abierta en la misma entidad al inicio del contrato del producto.

Para que puedas distinguirlo de otros tipos de productos de ahorro parecidos, si bien muy distintos, hay que tener en cuenta tres variables:

  • Liquidez: los depósitos a plazo fijo, salvo que se pacte lo contrario por parte del cliente y de la entidad, se pueden cancelar antes de su vencimiento. Cómo hemos explicado, el capital no se verá afectado, exceptuando en los intereses devengados.
  • Seguridad: este producto ofrece al cliente contratante una seguridad ya que los depósitos están garantizados tanto por la entidad financiera que los custodia, como por el Fondo de Garantía de Depósitos, en caso de existieran problemas del banco. Eso sí sólo se cubrirán hasta 100.000 euros por entidad y titular. Por este motivo, es un producto financiero bastante conservador ya que es el único que goza de esta doble seguridad.
  • Rentabilidad: es un factor a tener en cuenta siempre, pero no el principal, frente a la creencia de muchos clientes. El motivo no es otro que la rentabilidad de los depósitos varía mucho y depende de diversos factores, que dependerán de la necesidad de captar capital de la banca en cada momento, de la situación económica en general y de la inflación, además de la normativa que procede del Banco de España en materia de remuneración del pasivo.

Otra cosa que debes tener en cuenta a cerca de los intereses es la fiscalidad, ya que el abono de los mismos, por parte de la entidad financiera es considerado como rendimiento de capital mobiliario. Es decir, que están sujetos a impuestos, concretamente al del rendimiento del capital mobiliario (I.R.C.M.) al tipo vigente en cada momento.

Ventajas e inconvenientes 

Recapitulando, este tipo de producto tiene sus ventajas e inconvenientes que conviene que tengas muy claros antes de contratar uno:

Ventajas:

  • Rentabilidad fija.
  • Están cubiertos por el Fondo de garantía de depósitos por el límite establecido.
  • Es un producto sencillo de entender.

Inconvenientes:

  • Los tipos de interés ofrecidos según el momento pueden ser muy bajos y dependerán en gran parte de la situación financiera.
  • Conllevan una penalización si se rescatan con anterioridad a la fecha de vencimiento.
  • Existen otros productos como los fondos de inversiones donde se puede obtener mayor rentabilidad que en este tipo.