Seguros a todo riesgo, ¿cuándo son recomendables?

Seguros a todo riesgo, ¿cuándo son recomendables? Automóvil

Esta es una de esas preguntas que cualquier conductor se hace, cualquier cliente de una compañía aseguradora, y que responde, sobre todo, a otra pregunta muy habitual: ¿estaré pagando de más por mi seguro de coche? Lo cierto es que no es una pregunta de fácil respuesta, ya que entran en juego factores personales que por supuesto difieren mucho de una persona a otra. Pero desde aquí vamos a intentar darte algunas pistas que te ayuden a decidir si ya debes cambiar tu seguro de coche de un todo riesgo a un terceros, o tu seguro de moto a un terceros ampliado.

Los primeros años, los más recomendables

Cuando nuestro coche o nuestra moto acaban de salir del concesionario es cuando más disfrutamos de ellos, y es, también, cuando menos valor han perdido. De hecho, es habitual que las compañías aseguradoras presenten como indemnización el 100% del valor del vehículo, e incluso en ocasiones, la reposición del vehículo asegurado.  

De esta manera, la diferencia que hay entre la prima anual que pagamos por nuestro seguro y el valor de la indemnización con la que repondremos nuestro vehículo en caso de accidente es grande, y por tanto, merece la pena la contratación de un seguro a todo riesgo.  

A medida que nuestro vehículo va sumando años, va perdiendo valor en el mercado. Esto es un hecho constatable en el mismísimo Boletín Oficial del Estado (BOE), que recoge los porcentajes de valor actual de nuestro vehículo a aplicar sobre el valor original, para conocer de este modo el valor venal del mismo. Este valor venal será el máximo que recuperaremos como indemnización si perdemos el vehículo en un accidente.

La mayoría de las aseguradoras aplican, al menos, durante los dos primeros años el 100% del valor del vehículo; pero a partir de ahí, las cosas cambian de una a otra, por lo que será necesario comparar las coberturas de los seguros de coche o de moto para saber a qué atenernos. En cualquier caso, de acuerdo a los datos obtenidos por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), se estima que a partir del sexto año de antigüedad del coche el seguro a todo riesgo ya no compensa por el valor de la indemnización que recibiremos.  

En el caso de los seguros de moto, debido a que su valor venal también decrece con la edad, y debido a que su precio es menor que el del coche, este techo de conveniencia de un seguro a todo riesgo se encuentra más cercano a los 4 años. 

¿Directamente un seguro a terceros?

Quizá no, ya que podemos evaluar opciones que vayan reduciendo el importe de la prima anual a medida que pierde valor venal nuestro vehículo, pero manteniendo diferentes coberturas que pensemos que tenemos más o menos probabilidad de necesitar.  

El tercer año de vida del vehículo puede ser buen momento para pasar a un todo riesgo con franquicia. De esta manera, reduciremos la prima anual, ya que en el caso de necesitar un arreglo la aseguradora no deberá hacerse cargo de todo el gasto, sino que contará con la ayuda de la aportación que hagamos nosotros, estipulada como franquicia.  

A partir de ese sexto año que nombramos antes y al objeto de contratar un seguro a terceros ampliado, debemos ver a qué riesgos está expuesto nuestro vehículo, es decir, si duerme en la calle su riesgo de robo es más alto, por lo que quizá queramos añadir esta cobertura; si vivimos en una zona rural con muchas carreteras de poco mantenimiento, quizá queramos añadir la cobertura de lunas.  

Cabe la posibilidad de que nuestro vehículo duerma en garaje de lunes a domingo, tenga una frecuencia de uso mínima, sea ya mayor de diez o doce años, y en definitiva, sea el más adecuado para poder dejar una póliza a terceros básica que cubra los daños ocasionados por nosotros a un tercero en un accidente.  

En el caso de las motos este estudio será incluso anterior a los seis años; en primer lugar porque no hay un número alto de compañías que se presten a asegurar a todo riesgo una moto, y en segundo lugar porque en este caso las primas anuales suelen ser altas. Por lo tanto a partir del segundo año debemos estudiar qué coberturas queremos añadir a nuestro seguro a terceros ampliado, como la reposición de casco y equipamiento personal, o la asistencia en carretera. 

Seguros de hogar… ¿a todo riesgo?

El caso de los seguros de hogar no es tan dependiente de la edad del objeto a asegurar. De acuerdo a la OCU, se debe prestar más atención a los siniestros que queremos tener asegurados, más que a su término oficial de todo riesgo o multirriesgo.  

Esto sucede porque los seguros de hogar conocidos como multirriesgo contemplan la cobertura de la vivienda ante siniestros que pueden tener muy poca probabilidad, dejando fuera otros muchos que pueden ser más frecuentes, pero también más caros. Sin embargo, este tipo de seguros suelen ser lo suficientemente flexibles como para añadir coberturas específicas que queramos tener, sin necesidad de que la prima anual se dispare. 

Por otra parte, existen los seguros denominados todo riesgo accidental, que se dirigen más a la cobertura de esos incidentes que quedan excluidos en un multirriesgo. En este tipo de seguros se recogen estos arreglos más caros, en ocasiones con la aportación de una franquicia por parte del asegurado, y sin embargo pueden quedar excluidos arreglos que resultan más baratos y de los que el usuario tiene más fácil ocuparse.  

Aún así, la decisión en el caso de un seguro de hogar es muy personal, y será fundamental comparar los diferentes seguros y leer muy bien las exclusiones, que es donde suelen estar recogidos los incidentes que quedan sin cobertura.