Si soy el causante de un accidente, ¿me cubre el seguro?

En el post de hoy trataremos de resolver una de las mayores dudas en el ámbito de los seguros de coche o moto. Esta cuestión es de vital importancia, ya que nos permitirá conocer el alcance de nuestro seguro cuando somos nosotros quienes ocasionamos el daño. 

En primer lugar, debemos aclarar cuándo se considera a un conductor causante o no de un accidente de tráfico. Para discernir la culpabilidad se pueden distinguir dos posibles tipos de daños:

• Daños personales: en el caso de causar lesiones a un tercero en un accidente de tráfico, la compañía del asegurado deberá pagar una indemnización por daños personales, a no ser que se demuestre fehacientemente que el accidente haya sido provocado por culpa exclusiva del afectado.
• Daños materiales: en casi todos los casos de accidentes de tráfico ocurren daños materiales en los vehículos, por lo que quien reclama estos daños tendrá que demostrar la culpabilidad del contrario. Esto se puede conseguir a partir de un parte de accidente amistoso o de un atestado policial en caso de no ponerse de acuerdo los conductores.

También podemos hablar del tipo de culpa según su participación en ella:

• Culpa exclusiva: es cuando un conductor reconoce su culpa de manera exclusiva, sin haber más partícipes de ella.
• Culpa compartida: es aquella en la que los conductores implicados en un accidente de tráfico comparten la culpa. Este tipo de culpabilidad compartida solo se da en los daños personales, y determina el porcentaje de culpabilidad de los conductores para saber también a qué porcentaje de la indemnización tiene que hacer frente cada uno en función de las lesiones ocasionadas.

Esto dependerá del tipo de seguro de coche que se tenga contratado; por ley es obligatorio contar como mínimo con un seguro que cubra la Responsabilidad Civil Obligatoria, por lo que los daños a terceros estarán cubiertos. 

Sin embargo, los daños propios solo estarán cubiertos si cuentas con una póliza de seguros que incluya este tipo de coberturas, como las de un seguro a todo riesgo o las coberturas de un seguro de accidentes.

Como todo lo relacionado con los seguros, y más en el caso de los accidentes de tráfico, existen unos límites para cubrir ciertos gastos, que dependen de lo contratado en la póliza:

• Los gastos médicos derivados de cualquier accidente de tráfico (daños personales) suelen tener un límite. Si se sobrepasa, dependiendo del tipo de póliza que se tenga contratada, supondrá que el asegurado tendrá que hacer frente a ese exceso. De ahí la importancia de consultar con asesores especializados que nos aconsejen el límite óptimo para estas situaciones.
• En el caso de necesitar recuperación o rehabilitación, al igual que en el punto anterior, aunque suelen estar contemplados, dependerá del tipo de póliza que tengamos contratada.
• En el caso de los daños al vehículo (daños materiales), existen dos opciones según el tipo de seguro que tengas. Si posees un seguro a terceros, los daños al vehículo contrario quedarán cubiertos, pero aquellos ocasionados en el vehículo “culpable”, tendrán que ser costeados por el propio dueño del coche. Si el seguro contratado por el causante del accidente es a todo riesgo, los daños al otro vehículo y al propio quedarán cubiertos por la compañía.

Los casos en los que la aseguradora no se hará responsable de los gastos son pocos y concretos, pero debemos conocerlos para evitar quedar desprotegidos ante ciertas situaciones:

• Las aseguradoras no se harán cargo de los gastos derivados de un accidente cuando el conductor no sea el asegurado y no esté autorizado para ello. Por ejemplo, en el caso de conductores menores de 25 años y con menos de dos años de carné que no han sido incluidos de manera expresa en la póliza. 
• Tampoco se harán cargo de los gastos cuando el accidente se haya provocado voluntariamente.
• De manera lógica, las aseguradoras no nos cubrirán si al provocar un accidente de tráfico se nos realiza un test de alcohol o drogas y damos positivo.
• Los daños que sobrepasen lo contratado en póliza de responsabilidad civil tendrían que ser cubiertos por el asegurado en el caso de no existir la garantía de responsabilidad civil voluntaria, que cubre ese exceso.

En cualquier caso, los acompañantes siempre quedan cubiertos por la compañía, dado que se engloban en el marco de la responsabilidad civil del seguro a terceros (que es el seguro mínimo de responsabilidad civil necesario para poder circular en España). Este seguro cubre tanto los daños materiales como los daños personales ocasionados a terceros en cualquier accidente de tráfico.

De manera constante nos hemos referido a estos “terceros”, que son aquellos que quedan cubiertos por las aseguradoras al no ser los “culpables” del accidente. Se considera “terceros" a:

• Aquellos ocupantes del vehículo que no provocó el accidente, pero que resultó afectado por éste.
• También al conductor del vehículo no causante del accidente.
• Al copiloto y los viajeros del vehículo culpable de provocar el accidente de tráfico.
• Aquellos daños materiales ocasionados en el vehículo no culpable quedarán también cubiertos por el seguro a terceros básico.

De este modo, aquellos que quedan excluidos de la cobertura del seguro básico a terceros son básicamente el conductor del vehículo culpable del accidente y su propio coche.

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Si cuentas solo con el seguro de Responsabilidad Civil Obligatoria, estarán cubiertos los daños ocasionados a terceros, pero no los propios

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Como hemos comentado anteriormente, esto también va a depender del tipo de seguro de coche y las coberturas contratadas en la póliza. Si cuentas solo con el seguro de Responsabilidad Civil Obligatoria, estarán cubiertos los daños ocasionados a terceros, pero no los propios.

Ya hablamos al inicio de lo que es la culpa compartida, y veíamos que hay ciertas ocasiones en las que ambos conductores se consideran culpables del accidente, en cuyo caso los implicados deberán responder por un porcentaje de los daños que se hayan causado en el accidente, calculando este de forma proporcional a la responsabilidad de cada uno.

Un conductor no respeta una señal de ceda el paso en un cruce de calles y golpea a otro vehículo que circula por encima de la velocidad permitida en la vía.

En este ejemplo el conductor que no respeta la señal de tráfico es teóricamente el responsable del accidente. Sin embargo, si se demuestra la infracción del otro vehículo y que, a causa de esta, se ha producido una agravación de los daños, se hará un reparto proporcional de la responsabilidad entre ambos conductores.

También encontramos el concepto de culpa compartida si un conductor circula de manera inadecuada por una vía, sin respetar las normas de circulación y colisiona con otro coche conducido por alguien bajo los efectos del alcohol o las drogas.