Cuida tu espalda con diez sencillas claves

En este artículo podrás informarte acerca de
- 10 consejos para cuidar la espalda y aliviar su dolor
- Aprende a relajarte y controla el estrés
- Protección en carretera: seguridad, ante todo
- Camina erguido y con conciencia postural
- Adopta una postura correcta frente al ordenador
- Levanta objetos con cuidado: protege tu zona lumbar
- Mantén un peso saludable y haz ejercicio diariamente
- Cuida tu postura también mientras duermes
- Consulta a un profesional sanitario ante el dolor persistente
- Realiza estiramientos suaves del cuello y la espalda
- Utiliza calor para aliviar la tensión muscular
Casi 10 millones de personas sufren dolor cervical o lumbar en nuestro país, de acuerdo a los datos de la Encuesta Europea de Salud en España, un problema que constituye una de las principales causas de baja laboral y el segundo motivo más frecuente de consulta médica. Por eso, como es mejor prevenir que curar, intenta cuidar tu espalda a diario.
Según la doctora Aurora Garre, experta médica de Laboratorios Cinfa, los problemas de espalda pueden aparecer repentina o progresivamente y llegar a provocar un dolor intenso. En concreto, el cervical es uno de los dolores más frecuentes entre la población, debido a la gran flexibilidad de la columna cervical, que le permite mayor movilidad que cualquier otra zona de la columna.
10 consejos para cuidar la espalda y aliviar su dolor
Adoptar buenos hábitos posturales y realizar ciertas acciones preventivas puede marcar una gran diferencia tanto en la aparición del dolor como en su alivio cuando ya está presente, por lo que veremos diez recomendaciones prácticas para cuidar tu espalda y mantenerla en las mejores condiciones.
Aprende a relajarte y controla el estrés
El estrés puede provocar una tensión mantenida en la musculatura del cuello y la espalda. Incorporar técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación o el yoga, así como realizar ejercicio físico regular, ayuda a liberar tensiones acumuladas y a mantener una musculatura más flexible y menos propensa a contracturas.
Protección en carretera: seguridad, ante todo
La prevención de lesiones cervicales y dorsales comienza con medidas básicas de seguridadal desplazarse en vehículo. Siempre debes usar el cinturón de seguridad en el automóvil, ya que este dispositivo evita que el cuerpo sea proyectado durante un accidente, reduciendo significativamente el riesgo de lesiones en la columna vertebral.
El uso del cinturón de seguridad y del casco es fundamental para prevenir lesiones cervicales y dorsales en caso de accidente
En el caso de bicicletas y motos, el casco es esencial para proteger el cuello y la cabeza en caso de caída o impacto. Además de estas medidas, es importante mantener una postura adecuada al conducir, ajustar el reposacabezas para prevenir lesiones cervicales y hacer pausas si realizas viajes largos.
Camina erguido y con conciencia postural
A menudo, caminamos sin darnos cuenta de que adoptamos una postura incorrecta, como encorvar los hombros o adelantar el cuello, lo que puede generar una sobrecarga en la columna vertebral.
Corregir estos hábitos y mantener una postura erguida, con los hombros relajados y la mirada al frente, permite distribuir de manera más equitativa el peso corporal, ayudando a reducir el estrés mecánico sobre la columna y favoreciendo una mayor estabilidad y confort al caminar, lo que previene dolores y molestias a largo plazo.
Adopta una postura correcta frente al ordenador
Además de al caminar o conducir, cuando también debemos mantener una postura adecuada es cuando trabajamos frente a una pantalla: es esencial que la parte superior del monitor esté a la altura de los ojos, para evitar inclinar el cuello hacia adelante. La espalda debe estar completamente apoyada en el respaldo de la silla, y los pies deben descansar firmemente en el suelo o sobre un reposapiés, asegurando una distribución adecuada del peso.
Utilizar sillas ergonómicas que favorezcan una postura alineada y añadir un cojín en la zona lumbar puede proporcionar soporte adicional, previniendo dolores posturales y reduciendo la tensión en la espalda durante jornadas prolongadas.
Levanta objetos con cuidado: protege tu zona lumbar
Al recoger objetos del suelo, evita doblar la espalda, ya que esto puede causar una gran tensión en la columna. La forma correcta es flexionar las rodillas, mantener la espalda recta en todo momento y levantar el objeto con lentitud, acercándolo lo más posible al cuerpo, ya que este gesto reduce el riesgo de lesiones en la zona lumbar.
Además, si realizas este tipo de esfuerzo con frecuencia, es recomendable utilizar una faja lumbar protectora para ofrecer soporte adicional a la espalda y minimizar el riesgo de sobrecarga muscular.
Mantén un peso saludable y haz ejercicio diariamente
El sobrepeso genera una mayor presión sobre la columna vertebral, lo que puede provocar dolor en la espalda, especialmente en la zona lumbar. Por eso, realizar actividad física regular, como caminar, nadar o hacer ejercicios específicos para fortalecer la musculatura lumbar, no solo ayuda a controlar el peso corporal, sino que también mejora la estabilidad de la columna y la movilidad general.
Estas actividades refuerzan los músculos que sostienen la espalda, reduciendo el riesgo de lesiones y contribuyendo a aliviar el dolor.
Cuida tu postura también mientras duermes
Un buen descanso nocturno es esencial para la recuperación de la espalda. Para ello, es importante contar con un colchón en buen estado, que no sea ni demasiado blando ni excesivamente duro, ya que ambos extremos pueden generar incomodidad y malestar. Dormir boca arriba con una almohada bajo las rodillas y otra debajo de la zona lumbar ayuda a mantener una alineación adecuada de la columna vertebral, aliviando la tensión acumulada durante el día y favoreciendo una mejor circulación y relajación muscular durante la noche.
Consulta a un profesional sanitario ante el dolor persistente
Si el dolor de espalda se vuelve intenso o persiste en el tiempo, es fundamental buscar atención médica para una evaluación adecuada. Consultar con un médico especializado permitirá identificar la causa del dolor y desarrollar un plan de tratamiento personalizado, que podría incluir el uso de analgésicos, antiinflamatorios o relajantes musculares, siempre bajo supervisión profesional.
En este contexto, contar con un seguro de salud puede ser muy útil, ya que permite acceder de manera más rápida a un especialista, evitando largas esperas que pueden agravar la situación. Es importante tener en cuenta que existen diferentes tipos de seguros médicos, cada uno con sus características y coberturas, por lo que utilizar un comparador de seguros médicos facilita la búsqueda. Presta atención a factores como la calidad de la red de especialistas, las opciones de tratamiento cubiertas, el acceso a servicios de diagnóstico y la rapidez en la atención, con el fin de escoger aquel que se adapte mejor a tus necesidades y garantizar una atención más eficiente para el tratamiento de tu dolor de espalda.
Realiza estiramientos suaves del cuello y la espalda
Dedicar unos minutos al día a estirar el cuello y la zona dorsal es una práctica sencilla pero altamente efectiva para mantener la flexibilidad y reducir la tensión acumulada. Los movimientos deben realizarse de manera lenta y controlada, evitando giros bruscos que puedan forzar la musculatura.
Estos estiramientos son especialmente beneficiosos antes y después de realizar ejercicio físico o tras una jornada larga frente al ordenador, ayudando a prevenir contracturas y a mejorar la circulación en la zona.
Utiliza calor para aliviar la tensión muscular
El calor es un aliado eficaz cuando el dolor tiene su origen en la tensión muscular, así que, aplicar calor local con una manta eléctrica, una bolsa de agua caliente o una ducha a alta temperatura ayuda a relajar los músculos, mejorar la circulación sanguínea y reducir la sensación de dolor.
Además de estas opciones, los masajes suaves pueden aliviar la rigidez muscular y, en algunos casos, la aplicación de ultrasonidos terapéuticos puede ser útil para tratar la inflamación y promover la recuperación muscular.
Adoptar estos consejos en el día a día contribuirá no solo a aliviar molestias existentes, sino también a prevenir futuras dolencias. La clave está en la constancia y en escuchar a nuestro cuerpo, ya que una espalda sana es sinónimo de una vida más activa y plena.