Diente roto y seguro escolar

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Cuando dejamos a nuestros hijos en el colegio cada día, no nos planteamos la cantidad de cosas que les podrían suceder. Evidentemente, les podrían pasar también estando bajo nuestro cuidado, pero si eres padre, seguro que estás pensando “ya; pero es diferente”.
Poner a nuestros niños en manos ajenas siempre cuesta, aunque sepamos que en el cole están con profes que los quieren, les cuidan y con quienes pasan, durante la mayor parte del año, más horas que con nosotros, en muchos casos. Allí están protegidos, hay muchos ojos que les vigilan. Además, para imprevistos o situaciones que, por suerte, no suceden con mucha frecuencia, los colegios cuentan con pólizas de seguros con un gran abanico de coberturas, para proteger a los niños, su “contenido” más valioso, pero también sus cosas o el propio edificio.
El seguro escolar es obligatorio a partir de 3º de E.S.O y hasta terminar estudios universitarios, de postgrado, etc., finalizando cuando el estudiante alcanza los 28 años.
Cuando los niños empiezan a ir al jardín de infancia o al colegio, no es obligatorio que estén cubiertos por un seguro, pero la práctica totalidad de los colegios ofrece un seguro escolar voluntario, ya que la menor edad de los alumnos no les exime de sufrir cualquier incidente o de que se produzca cualquier eventualidad que les cause un daño. Los padres generalmente cogen el seguro voluntario ofrecido por los colegios o por el AMPA.
Estos seguros ofrecen contratar diferentes coberturas con diversos importes para sus garantías. En materia de salud, están cubiertos por la Seguridad Social, pero económicamente, el seguro escolar obligatorio propone cuantías a veces insuficientes para algunas de las eventualidades que pudieran suceder. Por eso el seguro escolar voluntario muchas veces suple las carencias que puedan sobrevenir por los llamados siniestros por infortunio, pudiendo terminar sus estudios en el mismo centro escolar.
¿Qué está cubierto en el seguro del colegio?
Las coberturas más frecuentes de estos seguros escolares son los accidentes que ocurren en el centro escolar, actividades programadas por el centro que tienen lugar fuera del colegio, en actividades extraescolares; rotura de gafas por un siniestro; o fallecimiento accidental o invalidez permanente, entre otras.
Los colegios contratan adicionalmente seguros de responsabilidad civil, de salud o de accidentes.
La Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras afirma que la mayor parte de los accidentes e incidentes suceden en los parques o áreas de juego de los colegios, donde hay columpios, toboganes, mini rocódromos, etc., y pueden acarrear importantes lesiones odontológicas, traumatológicas o incluso quirúrgicas, que conllevan gastos médicos de consideración, por lo que los colegios se encargan de diseñar estas zonas de la manera más segura y de que los riesgos potenciales estén bien cubiertos por las pólizas de seguro que contratan.
El seguro obligatorio del que hablamos al inicio se paga con la matrícula escolar y ofrece coberturas en caso de accidentes ocurridos dentro del ámbito colegial. Pero las directivas de los colegios siempre contratan seguros adicionales, ya que el seguro obligatorio forma parte de la Seguridad Social y puede ser correcto en cuanto a servicios sanitarios, pero no cubre lo que tenga que ver con el colegio, dentro del que hay cosas que deben ser aseguradas también. Por eso contratan pólizas multirriesgo que cubren, en caso necesario, robos (de dinero, de pertenencias personales o de enseres), daños ocurridos en los equipos informáticos, del laboratorio, instrumentos musicales, rotura de cristales, daños por agua, biblioteca del centro…
También quedarían cubiertos los bienes del personal docente y no docente del centro, o de los propios alumnos.
Otros seguros que se contratan de manera puntual son seguros de salud o accidentes si los estudiantes van a desplazarse fuera del país, o seguros de continuidad de estudios para que, si el cabeza de familia falleciese, quedasen cubiertos y pagados los estudios hasta finalizar bachillerato o los estudios universitarios.
Así que sí, lo normal es que, si tu hijo se rompe un diente en el colegio haciendo cualquier actividad, el seguro escolar se hiciera cargo de los gastos del dentista. En ocasiones, por falta de coberturas, por exclusión de estas (cada póliza tendrá su “letra pequeña” específica) o porque la burocracia resulte menos lenta, si ha habido un “choque accidental” entre dos niños, los padres se ponen de acuerdo y el seguro de hogar de uno de ellos cubre los gastos médicos derivados del desafortunado encuentro…
En cualquier caso, seas director de colegio, padre o alumno, siempre es conveniente tener un buen seguro para los inconvenientes que puedan surgir.