Dietas sanas para adelgazar

Cada dos por tres aparece una nueva dieta milagrosa, que promete que adelgazaremos un montón de kilos sin mucho esfuerzo. Lo que puede ocurrir al hacer este tipo de dietas, es que quizá perdamos peso al principio, pero luego suframos un efecto rebote que nos haga recuperar todo el peso perdido e incluso algún kilo más. Este efecto no es nada saludable para nuestro cuerpo, por lo que, si tu objetivo es perder esos kilos de más de una forma sana, continúa leyendo este post, ya que podrás encontrar alguna idea útil.

El primer consejo para ello es ser conscientes de que una dieta sana para adelgazar nunca te hará perder peso en tiempo récord, ya que adelgazar con demasiada rapidez puede ser dañino para el organismo.

Existen muchas alternativas para perder peso de forma saludable

Las dietas sanas para adelgazar deben:

• Ser equilibradas y bajas en calorías.
• Incluir todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesite.
• Acompañarse con algún ejercicio físico, ya que la dieta debe realizarse midiendo la cantidad de nutrientes que ingerimos en función de la energía que gastamos.
• Programar una pérdida de peso segura y constante en el tiempo.
• Conseguir mantener el peso logrado si tras alcanzar el objetivo tú sigues comiendo sano.
• Cumplir la regla de la pirámide alimenticia y fomentar un estilo de vida saludable.

Para conseguir adelgazar con una dieta sana debes evitar:

• El consumo en exceso de azúcar y grasas (dulces, golosinas, mantequilla, fritos, etc.).
• Las bebidas alcohólicas.
• Saltarte comidas. Se debe comer poca cantidad 4 o 5 veces al día: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena.
• El picoteo entre horas.

La dieta sana más popular y reconocida es, sin duda, la dieta mediterránea, considerada como la dieta más saludable del mundo. Es efectiva en la pérdida de peso, y además previene enfermedades cardiovasculares.

En este apartado trataremos de aclarar qué alimentos elegir y cómo comerlos, para poder bajar de peso gracias a una dieta y de manera saludable. 

Existen muchos tipos de dietas, y estas son sólo algunas de entre todas las que se puede optar:

• Dietas basadas en el consumo de un alimento: Se caracterizan por elegir un alimento que debe ser lo único que se ingiera durante uno o varios días (por ejemplo, la famosa dieta de la alcachofa), o que se debe tomar cada día (la dieta de la sopa quema-grasa). En general, además de que no incorporan todos los nutrientes necesarios para el organismo, consumir constantemente un único alimento las convierte en dietas monótonas, por lo que tienden a abandonarse rápidamente.
• Dietas que priman una categoría de alimentos sobre otra: Son de las más utilizadas en la actualidad. Existen varias subcategorías: las dietas bajas en grasas, las dietas bajas en carbohidratos, o las dietas hiperproteicas. Para evitar las deficiencias de nutrientes esenciales que provocan en el organismo, este tipo de dietas se apoyan en suplementos alimenticios complementarios.
• Dietas basadas en el recuento de calorías: En esta categoría se localiza la "tradicional" dieta hipocalórica, que consiste en comer menos calorías diarias de las que consume nuestro cuerpo (metabolismo basal).
• Dietas disociadas: Lo importante en estas dietas es que no se consuman ciertos tipos de alimentos juntos en la misma ingesta. Generalmente, los defensores de este tipo de dietas alegan que los hidratos de carbono y las proteínas no se deben juntar en la misma comida ya que precisan de un PH diferente en el estómago para ser correctamente digeridos.

Una dieta siempre debe ser supervisada por un médico o un nutricionista

Todos estos tipos de dietas poseen ventajas e inconvenientes, por lo que siempre deberán ser supervisadas por un médico o un nutricionista profesional y realizar un seguimiento cada cierto tiempo.

Es muy frecuente que, pese a estar siguiendo una dieta adecuada e, incluso, estar perdiendo peso con ella, no se consigue el efecto deseado: reducir el volumen de ciertas partes del cuerpo como tripa, caderas, etc. Esto se debe a que la pérdida de peso y de volumen no tienen por qué ir obligatoriamente de la mano.

Como siempre, las causas pueden ser muchas, por lo que lo primero que debemos descartar es si existe alguna patología que explique esta situación y si es así iniciar un tratamiento médico antes que cualquier dieta. Si la causa no es de carácter patológico, puede que la acumulación de gases, el estreñimiento o la retención de líquidos sean el problema más común. 

Los siguientes consejos para perder volumen están enfocados a resolver este tipo de problemas:

• Come más fruta y verduras: La fibra que contienen nos ayudará a mejorar la regularidad intestinal.
• Reduce o elimina la sal en las comidas: La sal es un elemento que nos hace retener líquidos, por lo que reducir o eliminar su consumo nos ayudará a evitarlo.
• Reduce el consumo de bebidas carbonatadas: Estas nos hacen acumular gases, y por tanto no podremos reducir el volumen deseado.
• Aumenta el consumo de alimentos diuréticos: Estos nos ayudarán a depurar el organismo a través de la eliminación de líquidos de nuestro cuerpo, llevándose consigo gran cantidad de toxinas.
• Mantén tu cuerpo hidratado: Bebe al menos dos litros de agua al día, ya que su paso a través del organismo arrastra las toxinas acumuladas.
• Haz ejercicio con frecuencia: Realizar 30 minutos de ejercicio 2 o 3 veces a la semana ayudará a tu cuerpo a perder volumen, ya que el gasto calórico que conlleva el deporte es muy eficaz para reducir los niveles de grasa y volumen corporal.

El papel del nutricionista es fundamental a la hora de elaborar una dieta equilibrada y saludable. Siempre se debe acudir a un profesional cualificado para trazar una planificación y un seguimiento de la dieta, con sus objetivos, pesajes, analíticas y las valoraciones correspondientes de los progresos obtenidos.

Las aseguradoras saben de la importancia de esto, y como consecuencia, los seguros de salud suelen ofrecer coberturas y servicios de asesoramiento nutricional y dietético profesional personalizado.

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