Pequeños trucos para dejar de fumar

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Si dejar de fumar ya es complicado, se le suman una serie de cambios que en muchas ocasiones el fumador no está dispuesto a asumir. Hace falta mucha fuerza de voluntad y en muchos casos ayuda externa para superarlo.

Dejar de fumar es uno de los objetivos más duros en lo que se refiere al abandono de un hábito adictivo. La dependencia física y mental que produce el tabaco es muy fuerte y la recaída en el proceso de abandono del mismo es habitual.

Por lo tanto, es importante poseer una verdadera voluntad de abandonar el hábito del cigarrillo. La persona fumadora debe estar completamente convencida y dispuesta a dejar de fumar. Si no, nunca lo logrará.

Hemos preparado una lista con pequeños trucos que te ayudarán a dejar este vicio nefasto para nuestra salud de una vez por todas.

Algunos trucos para dejar de fumar

Tan larga es la lista de los inconvenientes que acarrea fumar como lo es la de beneficios que nos reportaría dejar esta costumbre y aunque parezca difícil enfrentarse a ese momento, solamente hace falta compromiso contigo mismo y un poco (en algunos casos mucho) de fuerza de voluntad.

Comprométete de verdad, mentalízate y marca una fecha

Parece una tontería, pero si no te lo tomas en serio, volverás a caer. Es importante que estés completamente decidido a dejarlo y que seas realista: es prácticamente imposible dejar un hábito como este en pocos días, así que mejor márcate una fecha próxima, pero no inmediata.

Díselo a los tuyos

De hecho, cuanta más gente lo sepa, mejor. De esta forma consigues no solo compromiso contigo mismo, sino con los demás y la idea de no decepcionar a nadie, te dará fuerzas.

Reduce el número de cigarrillos

Pero sé realista (de nuevo). No quieras pasar de diez a uno en un día o lo único que conseguirás es frustrarte. Hazlo poco a poco.

Haz una lista de ventajas y prémiate

Vas a necesitar varias hojas de papel, pero esta lista te ayudará a saber por qué decidiste dejarlo. 

¿Quieres ideas para empezar?: disminuye el riesgo de padecer cáncer, tendrás la piel más bonita, el pelo más brillante, los dientes más blancos, mejor aliento, ahorrarás una cantidad considerable de dinero, tendrás mejor salud (sobre todo pulmonar) y, una de las más importantes: no tendrás que salir fuera en pleno invierno solamente para fumar. 

Además, si vas cumpliendo objetivos en relación al punto anterior, prémiate con algo que te haga ilusión – y que no sea un cigarrillo, ¿eh? - de vez en cuando para motivarte.

Uno de los mayores temores de quien se plantea dejar de fumar es engordar

También puedes apoyarte en los distintos recursos que existen a nuestro alcance, como libros de autoayuda, aplicaciones móviles creadas para disminuir el consumo de tabaco hasta terminar con el hábito, grupos de terapia donde encontrarás gente como tú a quien los profesionales ayudan, dirigen y guían en el proceso. 

Si tienes un seguro de salud, probablemente puedas encontrar en el cuadro médico o las coberturas adicionales de tu póliza ayuda de este tipo.

Consejos para no engordar al dejar de fumar

Uno de los motivos por los que la gente da muchas vueltas a dejar de fumar es por el miedo a engordar y es que se pueden llegar a ganar entre dos y cinco kilos de peso en los cuatro o seis meses siguientes.

Pero en lo que hay que centrarse antes que en subir de peso es en que el tabaco, a larga, mata, y es muy perjudicial para la salud, por lo que el miedo a subir de talla no debe ser un motivo que te impida decir adiós a este peligroso hábito.

Recuerda que aquellas personas que fuman tienen más riesgo de sufrir enfermedades como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfisema pulmonar o cáncer. Además, el tabaco no solo ocasiona problemas pulmonares, también está asociado al cáncer de vejiga. 

Así que deja de buscar excusas y ponte manos a la obra para abandonar este hábito de forma permanente

¿Por qué se engorda?

Aunque no todo el mundo engorda como consecuencia de dejar de fumar, sí que se dan casos en los que se produce un aumento de peso que puede ser por varios motivos:

  • Se reduce la quema de calorías. Esto sucede porque la nicotina aumenta la tasa metabólica, es decir, la cantidad de energía que necesita una célula para subsistir. ¿Qué queremos decir con esto? Pues que al fumar se consumen más calorías -unas 250- pero cuando se abandona el hábito y el organismo deja de recibir esta sustancia, el metabolismo se ralentiza y por eso cuesta algo más quemar lo que se come que cuando se fumaba.
  • Sustituyes la recompensa del tabaco por comida. Cuando fumabas sentías en tu interior una sensación de placer, ya que es uno de los efectos que se experimentan con el consumo del tabaco y otras sustancias adictivas, que activa los mecanismos de recompensa del cerebro. Por eso al dejar de fumar mucha gente busca obtener esta gratificación en la comida.
  • Necesitas algo que te sacie. Muchos fumadores sacian su hambre por medio del tabaco. Por eso cuando dejan de fumar sienten más necesidad de picar entre horas.
  • Resulta mucho más difícil contener los nervios. Generalmente cuando tratas de acabar con un mal hábito o una adicción, uno de los efectos secundarios es que puedes sufrir irritabilidad, insomnio, ansiedad o, incluso, tener un estado de ánimo más bajo. De hecho, una de las consecuencias de la ansiedad es el aumento de las ganas de comer.
  • Se recupera el gusto. Otro factor que puede contribuir al aumento de peso es que tras dejar de fumar mejoran el gusto y el olfato, por lo que el ex fumador disfrutará más de la comida y estará más predispuesto a comer.

¿Es mejor dejar de fumar de golpe o poco a poco?

Hay diferentes corrientes que se posicionan en los dos sentidos: algunos dicen que hay que hacerlo de la noche a la mañana, sin prepararse y de repente. Que, aunque se fumen 20 cigarrillos diarios, hay que pasar a evitarlo por completo al día siguiente. No todo el mundo tiene esa fuerza de voluntad, por lo que si eres de estos últimos tendrás que probar el otro sistema, el de ir reduciendo la cantidad de nicotina que consumes al día progresivamente, hasta llegar a un nivel tan bajo que la diferencia entre uno o dos cigarrillos y ninguno te sea prácticamente indiferente. 

Hay médicos que consideran que lo que es apto para un tipo de persona no lo es para otra, así que lo mejor es consultar con un especialista con quien puedas hablar, explicarle cuál es tu ritmo de vida, y plantear juntos un programa para conseguir el éxito. 

El miedo a sufrir ansiedad es otro agravante a la hora de dejar el consumo de tabaco

Los seguros médicos ofrecen diferentes opciones y cabe la posibilidad de que encuentres descuentos en terapias o grupos de apoyo, además de que podrás visitar a tu médico de familia para comenzar a trazar el plan, a un neumólogo que chequee en qué estado te encuentras físicamente y a un psicólogo que te ayudará a caminar en los pasos de este viaje. Si consultas un comparador de seguros de salud podrás ver cuál te encaja mejor y podrás hablar con un asesor que te explique las diferencias que podrás encontrar entre unos y otros.

¿Cuánto tiempo dura la ansiedad al dejar de fumar?

Cuando se deja de fumar, la primera sensación suele ser de angustia. Pensar que no se volverá a encender un cigarrillo es un sentimiento que puede alterar profundamente a un fumador, dado que relaciona el hábito de fumar con momentos placenteros, relajantes o como una salida a una situación estresante.

La ansiedad es un estado comúnmente asociado a la deshabituación tabáquica. Si sufres ansiedad al dejar de fumar, es probable que se vea incrementada al segundo o tercer día de haberlo dejado y puede alargarse durante quince días más.

Hay distintos métodos para superar este estado, como repetirse que acabará pasando, meditar, iniciarse o incrementar la actividad física, reducir el consumo de excitantes como cafeína, teína o bebidas gaseosas…

Por supuesto, hay que tener en cuenta la reacción de nuestro cuerpo al dejar de fumar, ya que puedes sufrir dolores de cabeza, tensión muscular… todo esto pasará y para paliar estos síntomas, es bueno beber mucha agua para mantenerse hidratado y hacer ejercicio.

Hay un último consejo para dejar de fumar que puede ayudarte a abandonar este hábito, y es que evites las situaciones que, por costumbre, te invitan a fumar: beber alcohol, tomar café, etc. Piensa que no es para siempre, que serán unos días hasta que tu cerebro deje de asociar ese café o copa de sobremesa con encender un cigarrillo. 

Verás cómo cuando pase un poco de tiempo, podrás volver a tu vida anterior pero esta vez, sin humo.