¿Qué es la gerencia de riesgos?

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También conocida como “Risk Management”, la gerencia de riesgos es una labor que llevan a cabo las empresas u organizaciones de cualquier nivel (pequeñas, medianas o grandes empresas multinacionales) para evaluar los riesgos existentes en todos los ámbitos, obteniendo así una ventaja competitiva que podrá evitar a las empresas asumir un riesgo demasiado elevado que les conlleve una pérdida económica considerable. Los riesgos que evalúan las empresas, aparte de los propios del mercado suelen ser:

  • Los riesgos de los activos
  • Los riesgos de personal
  • Los posibles riesgos de los beneficios esperados
  • Los riesgos propios de los recursos
  • Los riesgos de terceros

El objetivo final de la gerencia de riesgos en una entidad es tomar medidas para afrontar las futuras eventualidades que puedan ocurrir y ofrecer soluciones a los posibles riesgos antes mencionados. Muchas empresas toman únicamente como medida el aplicar las normas de seguridad industrial o empresarial, mientras que otras han avanzado en la gestión de estos riesgos realizando un tratamiento más integral, cediendo parte de esta función a las compañías aseguradoras, que cubrirán algunos de estos riesgos.

Entre las tareas de un gerente de riesgos, podrían realizarse cosas tan sencillas como hacer un seguro de accidentes para un empleado, o contratar un seguro de hogar que cubra posibles incendios en el local de la empresa, contratar vigilantes de seguridad en una tienda, etc.

Una función principal de un Gerente de Riesgos es la de conocer qué riesgos son asegurables y cuáles no. Para esta labor disponen de unos criterios de asegurabilidad que se dividen en los riesgos actuariales, los riesgos determinados por el mercado, y los riesgos sociales. 

Dentro de la empresa, la organización jerárquica que controla los riesgos es la Junta Directiva, seguida por un Comité de Riesgos y un Área de Riesgos. Cada uno de ellos posee unas funciones específicas que debe llevar a cabo para garantizar la disminución y el control de los riesgos.

El riesgo es un concepto que puede concebirse según el ámbito desde el que se mire (un matemático no concibe el riesgo de la misma manera que un empresario, que una aseguradora, o que una multinacional), por lo que se pueden valorar riesgos de distinto tipo, en este caso como ejemplo un par de conceptos macroeconómicos muy usados por los inversionistas: 

  • Riesgo Soberano: es cuando cabe la posibilidad de que determinadas acciones llevadas a cabo por un Gobierno Soberano afecten de manera directa o indirecta a un deudor en su capacidad para enfrentarse a sus obligaciones en su debido momento. Se compone de cuatro pilares fundamentales: el riesgo económico, el político, el social y el internacional.
  • Riesgo País: es un concepto más conocido que el del riesgo soberano. Se trata de un riesgo específico según las condiciones económicas, geográficas, sociales o políticas de un país, y que condicionarán el nivel de riesgo para las inversiones que se realizarán en él.

El riesgo como concepto dentro de una empresa

Está asociado a la posibilidad de lograr o no sus objetivos principales, por lo que mitigarlos lo máximo posible será una tarea indispensable a realizar.  Los grandes bloques de riesgos a los que se enfrenta una empresa pueden ser:

  • Riesgos societarios
  • Riesgos sociales
  • Riesgos patrimoniales
  • Riesgos derivados de la responsabilidad civil y penal
  • Riesgos de crédito

El riesgo como concepto de daños al individuo

En la vida diaria, cada uno de nosotros, a nivel personal, nos exponemos a un buen número de posibles daños (como sufrir un atraco o un robo, tener un incendio en casa, padecer una enfermedad grave o incluso fallecer). Ante esta incertidumbre lo mejor que podemos hacer es protegernos a nosotros mismos, a nuestros familiares y a nuestros bienes de la mejor forma posible. Esto se consigue manteniendo unos hábitos de salud y de seguridad en nuestras acciones diarias, y también asegurándonos a nosotros o nuestros bienes a través de un contrato de seguro. Ante los daños personales, como la falta de salud, podemos protegernos con un seguro de salud, o ante la muerte, con un seguro de vida o uno de Decesos. Cuando tratamos de proteger nuestro patrimonio, contratar un seguro de hogar para la casa, o un seguro de vehículos para el coche resulta esencial para cubrir los daños propios y/o a terceros.

La gerencia de riesgos dicta los pasos a seguir para actuar frente a estos riesgos antes descritos de la manera más eficaz, disminuyendo los resultados negativos para la empresa y aumentando los positivos. Los pasos o etapas en los que se suele dividir la gerencia de riesgos suelen ser:

  • Determinar y analizar los riesgos: es lo primero que una compañía debe hacer para poder conocer los potenciales riesgos y su impacto en la empresa.
  • Evaluación de los riesgos: sabiendo cuáles son los riesgos a los que se enfrenta la compañía, evaluar sus características específicas en profundidad será clave para conocer su impacto con detalle, pudiendo así identificar la máxima pérdida posible en caso de siniestro.
  • Disminución y control: se valoran los medios a emplear para reducir el riesgo y su control. Por ejemplo, ante el riesgo de incendio, se colocarán extintores, o ante el riesgo de robos, se pondrán cámaras de seguridad en un establecimiento.
  • Financiación y transferencia de los riesgos: es la etapa en la que la empresa decide de qué alternativas o mecanismos dispone para mitigar las posibles pérdidas en la empresa, con el objetivo de preservar el patrimonio de la empresa (reduciendo costes o asignando los recursos disponibles de la mejor forma posible).
  • Administración: consiste en mantener una serie de medidas para que los recursos de la empresa sean suficientes para afrontar los posibles riesgos que se le presenten en cualquier momento.
  • Determinar la política de la gerencia de los riesgos: la última etapa del proceso es la de definir las normas que debe tener la empresa para reducir estos riesgos, involucrando muchos campos que no tienen que ver solamente con la contratación de un seguro. Aparte de disponer de una política de seguros, suele ser habitual que la empresa también tenga una política de inversiones, una de seguridad patrimonial, de información, de personal, etc.