Pueden darme la invalidez por una fibromialgia

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La fibromialgia es una enfermedad cuyo diagnóstico es muy complicado de atribuir, de hecho, hasta hace apenas unas décadas no estaba considerada como tal ya que, en ocasiones, esta dolencia se atribuía a otras ya conocidas y consideradas, es decir, tendía a confundirse o atribuirse a otra dolencia asociada como, por ejemplo, el Síndrome de la Fatiga Crónica. 

Sin embargo, la fibromialgia se empezó a catalogar como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la década de los 90 y hoy en día, es más fácil de diagnosticar gracias a los avances de la medicina y la ciencia, aunque, en muchos casos, la cura no es tan sencilla, de hecho, la mayoría de las personas que la padecen han de aprender a convivir con ella de por vida.

En estudio permanente, lo único que puede hacer la medicina es tratar de que los pacientes tengan la mejor calidad de vida posible ya que, aunque con rasgos comunes, cada paciente tiene una sintomatología diferente y como en muchas otras enfermedades existen niveles diferentes llegando hasta incluso hacerse imposible llevar una vida normal en los casos más extremos. 

Si has llegado a este artículo porque sufres fibromialgia o alguien de tu entorno acaba de ser diagnosticado, vamos a resolver algunas dudas con relación a la invalidez derivada de esta enfermedad, denominada formalmente como incapacidad permanente absoluta. 

Antes de nada, también, es conveniente señalar que existen decenas de asociaciones públicas y privadas cuya misión es la de apoyar a pacientes y cuidadores en todos los sentidos. Y probablemente, los profesionales que componen el cuadro médico de tu seguro de salud podrán ayudarte a conocer mejor esta patología. ¡No estáis solos! 

La fibromialgia ha llegado a mi vida, ¿qué supone?

La fibromialgia es una enfermedad catalogada como reumatismo no articular asociado a un gran desarreglo bioquímico que ya afecta alrededor de un 2% de la población mundial y que causa dolor permanente en todo el cuerpo o en puntos concretos, provocando además en el enfermo una falsa percepción del dolor, así como multitud de sintomatologías asociadas (que detallamos más adelante). 

Las causas concretas de la aparición de esta enfermedad pueden ser derivadas de accidentes, otro tipo de enfermedades o lesiones, aunque también puede aparecer sin causa aparente alguna. Todo este cúmulo de circunstancias hace que su diagnóstico sea tan complicado y largo en muchos casos

En este punto es importante señalar que esta enfermedad puede cambiar la vida tanto de las personas que la padecen como de su alrededor, personas que en muchos casos se convierten en cuidadores y que, por tanto, toda la información que se les facilite será beneficiosa también para ellos y no solo para el paciente. 

En ocasiones tendemos a olvidar la figura de los cuidadores (sean familiares o no) y la realidad es que en este tipo de patologías cumplen una función absolutamente esencial, ya que serán los encargados de cuidar y apoyar al enfermo. 

Según diversos estudios, las mujeres tienen más del doble de posibilidades que los hombres de sufrir fibromialgia y, en la mayoría de los casos, suele presentarse durante la etapa adulta (la mayor incidencia de casos se da entre los 40 y 50 años). 

Aunque es más común en las mujeres que en los hombres, si se tienen síntomas como los que vamos a detallar a continuación de forma alargada en el tiempo, es decir, a partir de tres meses de forma continuada, se debería acudir a un especialista para salir de dudas y comenzar a tratarse farmacológicamente de la forma más adecuada y personalizada posible, siempre guiado bajo control de un médico especialista en reumatología.

Algunos de los síntomas más comunes de la fibromialgia son:

  • Dolor crónico generalizado 
  • Rigidez muscular
  • Cansancio permanente severo
  • Hormigueo o adormecimiento de extremidades
  • Depresión (exceso de pasado) o ansiedad (exceso de futuro) y sus síntomas (los cuales pueden confundir también el diagnóstico final).
  • Dolor en la mandíbula o el rostro 
  • Insomnio o exceso de sueño (menos común)
  • Intestino irritable. 
  • Problemas de memoria y falta de concentración

Una vez diagnosticada la fibromialgia, comienza el cambio de vida. Uno de los primeros miedos que acuden a la mente del paciente y familiares tras el diagnóstico final e inicio del tratamiento tienen que ver con el entorno laboral. “¿Qué voy a hacer en el trabajo? ¿De qué voy a vivir a partir de ahora? Etc” 

¿Es la fibromialgia causa suficiente para la invalidez total o parcial del sujeto?

Es una realidad que la fibromialgia es una de las enfermedades músculo-esqueléticas que más bajas laborales produce al día de hoy debido a que, como comentábamos anteriormente, el dolor muscular intermitente unido a toda la sintomatología asociada que esta enfermedad suele provocar, hacen muy difícil para el paciente poder llevar una vida normal. 

En este sentido, existen diferentes niveles de fibromialgia catalogados según sea la gravedad de la situación en cada paciente:

·     Leve (Grado I)

·     Moderada (Grado II) 

·     Grave (Grado III). 

Según cifras procedentes de la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER), “la calidad de vida de los pacientes se reduce entre un 50% y un 80%”. Otras fuentes señalan que en España alrededor de un 20% de las personas que sufren esta dolencia obtienen la invalidez debido a la imposibilidad de realizar cualquier actividad

Por tanto, los casos más graves sí pueden obtener la incapacidad permanente absoluta (Grado III) aunque, otros en casos más leves se puede evaluar otro tipo de invalidez más parcial o bajas laborales temporales. Esta decisión depende de un Tribunal Médico y Jurídico especializado en estos casos que evaluará punto por punto, siguiendo unos criterios ya prefijados, y de forma personalizada en cada caso. 

Disponer de un seguro de salud te ayudará a conocer de una forma más rápida el diagnóstico ante cualquier tipo de sintomatología continuada en el tiempo sin tener que enfrentarse a largas esperas.