¿Sabes si sufres fotosensibilidad?
Usas protector solar regularmente, evitas el sol a horas peligrosas y buscas la sombra… pero ¿alguna vez piensas que haces todo bien y aun así te quemas? Es posible que un medicamento, tu producto para el cuidado de la piel o una patología sean los culpables.
La fotosensibilidad ocurre cuando la piel reacciona de manera anormalmente sensible a la luz del sol o una fuente artificial de radiación ultravioleta. Los síntomas suelen aparecer en las áreas de piel expuestas y presentarse como una erupción.
Estas reacciones pueden ocurrir en respuesta a ciertos medicamentos como las tetraciclinas o antiinflamatorios no esteroideos entre otros; químicos, plantas, enfermedades autoinmunes o metabólicas como el lupus, la dermatomiositis y la porfiria también pueden causar fotosensibilidad.
Hay dos tipos de reacciones: fototóxicas y fotoalérgicas. La primera es la más común y generalmente surge dentro de las 24 horas desde la exposición solar y se produce cuando un medicamento se activa al exponerse a la radiación y causa daños en la piel.
La fotoalérgica puede desarrollarse de uno a tres días después de la exposición al sol. Ocurre cuando el sistema inmunológico reconoce los cambios causados por la exposición al sol como una amenaza extraña; se producen anticuerpos y el cuerpo ataca, provocando una reacción como erupción, ampollas, habones o lesiones que supuran.
Aplicar las sustancias que hacen que la piel sea más sensible -como el retinol- por la noche puede ayudar a evitar una reacción adversa y aún así es clave eludir la exposición directa a la luz solar para disminuir la posibilidad de una reacción fotosensible.
Se recomienda a quienes presentan riesgo de fotosensibilidad usar un protector solar de amplio espectro con FPS30 o superior.
Cada vez que tu piel se oscurece o se quema, estás sufriendo daños en el ADN y si sufres una reacción fotosensible, tienes un mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel; la buena noticia es que con una combinación correcta de medidas preventivas podemos reducir el riesgo de desencadenar una reacción incluso dolorosa a la luz solar.
Piel solo tienes una, así que recuerda cuidar la salud de tu piel.