Un siniestro en nuestra vivienda, como un incendio, puede costarnos una gran cantidad de dinero para su reparación. Pero si además el fuego se ha extendido causando daños en nuestra comunidad de vecinos, puede suponer el pago de una cuantiosa indemnización, especialmente si alguien resulta herido en el siniestro, siendo probable que nuestro patrimonio no pueda afrontarlo.
Por este motivo contratar un buen seguro del hogar puede ser una solución, siempre que los capitales y coberturas sean suficientes para cubrir los daños causados.
Lo primero que debes saber es que un seguro de incendios y un seguro multirriesgo del hogar son distintos. Si hablamos del primero de estos nos estamos refiriendo a una póliza de daños, que es la más antigua y la cual dio origen a los seguros de hogar. Es obligatorio contratarla cuando hemos hipotecado la vivienda, según dicta la Ley reguladora de los contratos de crédito inmobiliario y la Ley de Regulación del Mercado Hipotecario, aunque hoy en día este tipo de seguros de hogar, que amparan únicamente el incendio, son prácticamente inexistentes.
En España no es obligatorio contratar un seguro de hogar. Sin embargo, la mayoría de los propietarios e inquilinos lo hacen para proteger sus viviendas y las pertenencias que tienen en ellas ante incidencias como incendios, robos, inundaciones, rotura de cristales, etc.
Por ende, la cobertura contra incendios tampoco es obligatoria, pero suele estar incluida en los seguros. Recuerda que es importante revisar las coberturas de tu seguro para saber qué está incluido en él.
Si contratas un seguro de hogar con la cobertura de incendio, según establece la Ley de Contrato de Seguro, el asegurador deberá indemnizar los perjuicios producidos por el incendio cuando éste se origine por caso fortuito, como la caída de un rayo, malquerencia de extraños, en caso de que lo produzca un pirómano, negligencia propia o de las personas de quienes se respondan civilmente. Sin embargo, lógicamente, cuando el incendio se origine por dolo o culpa grave del asegurado la aseguradora puede rechazar la cobertura.
Tanto el fuego como el humo pueden causar numerosos problemas en una vivienda, desde daños estructurales, aparatos e instalaciones destrozadas, suciedad, etc.
Algunas de las coberturas más comunes de estas pólizas son:
Has de saber que los seguros que incluyen la cobertura de incendio no suelen cubrir daños causados por la acción del calor sin capacidad de propagarse, como una plancha o una quemadura de un cigarrillo, ni tampoco objetos que pueden caer al fuego por accidente, si este fuego estuviese en un lugar contenido como una chimenea.
En cuanto a los objetos de valor tales como joyas, dinero en efectivo, objetos artísticos o colecciones especiales, solo estarán incluidos en el caso de que previamente se haya pactado su inclusión en la póliza y estén debidamente identificados en el seguro.