Qué es el obd del coche

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En este artículo podrás informarte acerca de

Seguro que en más de una ocasión has acudido a tu taller porque algo falla en el coche, y el mecánico lo primero que te dice que pare revisar el motivo del problema tiene que “enchufar la máquina”.

Entonces procede a introducirse en dentro de tu vehículo y busca un conector que, generalmente, suele estar situado a los pies del conductor.

Por medio de este conector el técnico será capaz de determinar que le ocurre a nuestro coche y qué avería está dando. Pues esta herramienta se la conoce como On Board Diagnostics, es decir, OBD por sus siglas en inglés. Se trata de un protocolo que actualmente ya tienen todos los vehículos modernos con motor de combustión.

Gracias al OBD, sabremos qué significa el error que nos aparece a través de una luz en el salpicadero, y conoceremos la forma de solucionarlo. Si detectas un fallo, puedes estar tranquilo porque casi todos los servicios de reparación de averías tienen uno de estos aparatos.

La función del OBD II

A finales de los años 80, el OBD se creó en Estados Unidos como un método para comprobar el índice de emisiones contaminantes que tenían los vehículos de entonces. Sin embargo, con el paso de los años, el sistema fue evolucionando y llegó a Europa ya con una nueva actualización: el OBD II.

Gracias al avance tecnológico que se produjo en los coches y la electrónica, se facilitó que por medio de este sistema se pudieran controlar todos los parámetros de los vehículos. Y no sólo aquellos que tenían que ver con los gases generados por el motor, ya fueran de gasolina o gasóleo.

Este sistema supuso un salto sustancial que gracias a su proceso de diagnóstico sólo los talleres, también cualquier usuario con algo de destreza y ciertos conocimientos, pudiera saber qué le sucedía a su coche.

De hecho, en la actualidad podemos encontrar en Internet, por muy poco dinero, lectores de código que se conectan a un móvil, una tablet o un portátil, a través de bluetooth o WiFi, y permiten saber cuáles son los errores más comunes en el motor y las emisiones de un coche.

Es importante destacar que este tipo de lectores son diferentes a las máquinas de diagnosis que se utilizan en los talleres. Mientras que los primeros aparatos solo sirven para leer códigos genéricos, los segundos, son bastante más caros y no bajan de los 800 euros, permiten configurar el vehículo que analizan, siempre y cuando se tenga el software específico de cada fabricante.

Debido a la gran cantidad de marcas existentes en el mercado se crearon las máquinas de diagnosis multimarca que permiten analizar la gran mayoría de los coches gracias al protocolo OBD II.

La obligatoriedad del OBD

En el año 2018 apareció el OBD por obligación en la vida de los conductores españoles, ya que el 20 de mayo de ese año entró en vigor en nuestro país la nueva normativa de la Inspección Técnica de Vehículos recogida en el del Real Decreto 920/2017.

A partir de esa fecha, los vehículos de las categorías M y N (entre los que se encuentran los turismos o las furgonetas) homologados para las emisiones Euro 5 y Euro 6, que corresponden a los matriculados a partir de 2011, y los camiones para la Euro VI (desde 2014) tenían la obligación de llevar instalados el puerto OBD.

Según el Manual de Procedimiento de Inspecciones, emitido por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad se recogía que los técnicos en las ITV comprobarían el estado del vehículo por medio del protocolo OBD

Desde ese momento en las ITV analizan a través de la centralita las emisiones del vehículo y, en caso de no cumplir con los límites legales, la inspección puede ser negativa. Estas mismas máquinas de diagnosis también comprueban otra serie de cosas como que nuestro coche no se haya manipulado, no tenga algún tipo de software malicioso o no aparezca ningún tipo de error que, a simple vista, no pueda ser detectado los técnicos.

Dichas máquinas de diagnosis también comprueban el kilometraje, el ABS, el sistema electrónico de estabilidad (ESC), los sistemas de retención como los airbags o incluso el correcto funcionamiento de las luces. De hecho, en un futuro también serán capaces de analizar el estado de los sistemas de visión nocturna o el regulador activo de la velocidad, entre otras cosas.

En el primer año de funcionamiento de la lectura a través del sistema OBD no pasaron la ITV unos 180.000 vehículos más que el año anterior (1.598.253 unidades en total). Y, de todos ellos, un 5% tuvo algún defecto grave, el más importante fue la existencia de códigos de error del sistema registrados en la memoria de la centralita del motor.